Temporada 2000/01. El Alavés de Mané sorprendía a toda Europa llegando a la final de la Copa de la UEFA en su primera participación en competición internacional, final que posteriormente perdería ante el Liverpool (5-4) en un épico partido. En Vitoria nadie olvida que en ese histórico equipo uno de los jugadores que más destacaba era Javi Moreno, punta valenciano que esa temporada marcó 22 goles en Liga y 6 en 8 partidos en la UEFA. Números que le llevaron a uno de los 'grandes' europeos, el Milan, donde la historia cambiaría.
Pero los números de Javi Moreno no se resumen a una sola temporada. Nacido hace 36 años, el jugador se formó en las categorías inferiores del Barcelona, formando parte de la llamada Quinta del Mini con futbolistas comoDe la Peña, Celades, Roger y Òscar Garcia, Arnau, Quique Álvarez, Mingo, Arpón o Toni Velamazán. Pero el punta, en busca de minutos, se marchó al Córdoba en 1996 temporada y media antes de llegar, en el mercado invernal, al Alavés, cuando todavía jugaba en la Segunda División. Pero su primer gran año fue el siguiente, la temporada 98/99, en la que fue un pilar del ascenso a Primera del Numancia, conjunto en el que estaba cedido.
Entonces llegaron sus dos grandes temporadas con el conjunto vasco, final de la UEFA incluída y debut con la selección española ante Inglaterra, aunque su experiencia con la Roja se resume en 5 partidos y 1 gol. Con el cartel de presentación que tenía, el Milan de Silvio Berlusconi aterrizó en Vitoria para llevarse al futbolista, como acabó ocurriendo. Su llegada a Milan venía precedida de la afirmación del vicepresidente del equipo rossonero, Adriano Galliani, que calificó a Javi Moreno como "el delantero perfecto para jugar con Shevchenko".
Una afirmación de la que tardaría poco en arrepentirse de haberla hecho. En la única temporada en la que formó parte del equipo lombardo, Javi Moreno marcó 2 goles en 16 partidos de Liga, 4 en 6 de Copa y 3 en 7 en Europa. Unos registros muy pobres para un delantero del equipo italiano. Moreno no demostró en San Siro el particular olfato goleador y gran disparo desde fuera del área que gozaron en Mendizorroza. La camiseta le quedó grande.
Así pues, el Milan decidió deshacerse del jugador, y lo traspasó al Atlético de Madrid en verano del 2002, justo el año en el que el conjunto rojiblanco regresaba a Primera tras los dos años en el infierno. Pero en el Vicente Calderón el guión no cambió, fracasando de manera estrepitosa. En su primer año marcó 5 goles en 24 partidos de Liga, mientras que en la siguiente temporada solo disputó 5 partidos, sin marcar ni un gol, antes de ser cedido al Bolton inglés, donde en 8 partidos disputados no vió puerta.
En verano del 2004 regresó a España, fichando por el Zaragoza, conjunto que el año anterior había ganado la Copa del Rey. Tuvo un buen inicio, marcando seis goles en los primeros partidos, pero después dejó de contar para el entonces técnico maño, Víctor Muñoz, llegando a disputar 18 partidos de Liga. Así pues, al finalizar la temporada aceptó la oferta del Córdoba, por entonces equipo de Segunda División B, y allí se quedó hasta que en 2008, un año después de lograr el ascenso a la División de Plata del fútbol español, se marchó al Eïvissa. Estuvo una temporada en el conjunto isleño, ya que en 2009, el último año de su carrera, jugó en el Lucena de la Segunda División B.
En definitiva, una carrera deportiva que prometía mucho en el Alavés, pero que en cuanto se enfundó la elástica rossonera comenzó a perder fuelle, pesándole mucho los colores que defendía y la presión a la que estaba sometido. Ahí arrancó un declive que no supo frenar.
Pero los números de Javi Moreno no se resumen a una sola temporada. Nacido hace 36 años, el jugador se formó en las categorías inferiores del Barcelona, formando parte de la llamada Quinta del Mini con futbolistas comoDe la Peña, Celades, Roger y Òscar Garcia, Arnau, Quique Álvarez, Mingo, Arpón o Toni Velamazán. Pero el punta, en busca de minutos, se marchó al Córdoba en 1996 temporada y media antes de llegar, en el mercado invernal, al Alavés, cuando todavía jugaba en la Segunda División. Pero su primer gran año fue el siguiente, la temporada 98/99, en la que fue un pilar del ascenso a Primera del Numancia, conjunto en el que estaba cedido.
Entonces llegaron sus dos grandes temporadas con el conjunto vasco, final de la UEFA incluída y debut con la selección española ante Inglaterra, aunque su experiencia con la Roja se resume en 5 partidos y 1 gol. Con el cartel de presentación que tenía, el Milan de Silvio Berlusconi aterrizó en Vitoria para llevarse al futbolista, como acabó ocurriendo. Su llegada a Milan venía precedida de la afirmación del vicepresidente del equipo rossonero, Adriano Galliani, que calificó a Javi Moreno como "el delantero perfecto para jugar con Shevchenko".
Una afirmación de la que tardaría poco en arrepentirse de haberla hecho. En la única temporada en la que formó parte del equipo lombardo, Javi Moreno marcó 2 goles en 16 partidos de Liga, 4 en 6 de Copa y 3 en 7 en Europa. Unos registros muy pobres para un delantero del equipo italiano. Moreno no demostró en San Siro el particular olfato goleador y gran disparo desde fuera del área que gozaron en Mendizorroza. La camiseta le quedó grande.
Así pues, el Milan decidió deshacerse del jugador, y lo traspasó al Atlético de Madrid en verano del 2002, justo el año en el que el conjunto rojiblanco regresaba a Primera tras los dos años en el infierno. Pero en el Vicente Calderón el guión no cambió, fracasando de manera estrepitosa. En su primer año marcó 5 goles en 24 partidos de Liga, mientras que en la siguiente temporada solo disputó 5 partidos, sin marcar ni un gol, antes de ser cedido al Bolton inglés, donde en 8 partidos disputados no vió puerta.
En verano del 2004 regresó a España, fichando por el Zaragoza, conjunto que el año anterior había ganado la Copa del Rey. Tuvo un buen inicio, marcando seis goles en los primeros partidos, pero después dejó de contar para el entonces técnico maño, Víctor Muñoz, llegando a disputar 18 partidos de Liga. Así pues, al finalizar la temporada aceptó la oferta del Córdoba, por entonces equipo de Segunda División B, y allí se quedó hasta que en 2008, un año después de lograr el ascenso a la División de Plata del fútbol español, se marchó al Eïvissa. Estuvo una temporada en el conjunto isleño, ya que en 2009, el último año de su carrera, jugó en el Lucena de la Segunda División B.
En definitiva, una carrera deportiva que prometía mucho en el Alavés, pero que en cuanto se enfundó la elástica rossonera comenzó a perder fuelle, pesándole mucho los colores que defendía y la presión a la que estaba sometido. Ahí arrancó un declive que no supo frenar.