Un punto con dos caras

El Sporting sumó ayer un buen empate ante un buen rival en un partido de muchas alternativas. Los rojiblancos lograron una ventaja de dos goles que no supieron mantener ante un rival que puso mucha más tensión en el juego tras recibir el segundo tanto. Al final, Juan Pablo evitó la derrota.

En el Sporting, Preciado repitió alineación y convocatoria. Quedaron en la grada los mismos que vieron desde un asiento la victoria ante el Mallorca, a quienes presumiblemente les tocará entrar en juego el miércoles. El técnico mantuvo el mismo dispositivo, con la intención de ganar el control del encuentro en el centro del campo. En el Athletic hubo una variante respecto al equipo esperado, ya que Caparrós dejó en el banquillo a Susaeta para situar al ex alavesista Igor Martínez en la posición de Toquero.
El Athletic salió con más bríos al césped de El Molinón, tratando de llevar el peso del partido y comiéndole terreno al Sporting. Los gijoneses dieron sensación de salir asustados ante la presión y el fuerte empuje de los visitantes, que reclamaron una mano de Gregory, en un remate de Fernando Llorente, aunque no pareció.

El Sporting logró quitarse algo la presión de los visitantes tras un espectacular remate de Gastón Sangoy, de cuchara, tras un centro de Diego Castro, en el que se lució Gorka Iraizoz. El portero visitante, sin embargo, tuvo un fallo clamoroso en su siguiente intervención, en la que Miguel de las Cuevas aprovechó un balón que el meta vasco dejó muerto en su área.

El tanto del mediapunta alicantino dejó tocado al equipo bilbaíno, que trataba de sacar fuerzas de flaqueza para llegar al área local. Quien más ímpetu ponía era el mundialista Javi Martínez, jugador de tremenda fuerza, quien lanzó un balón al palo derecho de la portería de Juan Pablo poco después del primer tanto.

Salvo esta incidencia, el Sporting llevaba el peso del partido con más vistosidad. Así llegó el segundo tanto, de una hechura extraordinaria, con un pase de Rivera al espacio libre, en la zona que Sangoy le ganó la posición a Amorebieta para 'pinchar' el balón y marcar ante la media salida de Iraizoz.

Con dos goles, el equipo gijonés dominaba y jugaba a placer ante un rival que daba la sensación de estar herido, pero sin capacidad para despojarse del dominio de los gijoneses. Pudo incluso llegar el tercero, en un golpe franco, ejecutado por Sangoy, con un disparo potente, que rechazó Iraizoz en plan 'Mazinger'.

Los 'leones', por las bandas

El Athletic buscaba la posibilidad de sorprender al Sporting casi siempre por las bandas. Los aguerridos pupilos de Caparrós se metieron en el partido al acortar distancias en un remate de Gurpegui, que le ganó la posición a Canella tras recibir un pase cruzado desde la otra banda con una buena jugada de Igor Martínez.

El último cuarto de hora del primer tiempo fue de alternativas, pero con más sensación de peligro en el bando vizcaíno. La defensa gijonesa se mostraba excesivamente nerviosa con la presencia de Llorente, vulnerable por las bandas y con demasiadas imprecisiones por el centro. Hacía despejes absurdos, que eran el mejor aval para las posibilidades de remate de los visitantes, que se crecían. Tras el descanso, el Athletic de Bilbao salió más decidido a buscar el empate, mientras se mantenía la situación de nerviosismo en los gijoneses. El equipo de Preciado no era capaz a serenarse y las constantes pérdidas de balón daban alas a los contrarios. En una de esos errores en el centro del campo, Llorente estuvo a punto de culminar un contraataque de los de Caparrós, aunque el conjunto visitante tenía altibajos en sus intentos dando la sensación de que a veces amainaba algo su presión.

La entrada de Susaeta dio más fuerza y velocidad a la banda izquierda bilbaína. El recién incorporado, que había sustituido a Gabilondo, puso a prueba a Juan Pablo en su primera intervención, poco antes de que llegase el empate en un cabezazo de Llorente tras un saque de esquina. El Sporting estaba bastante desgastado y los cambios tardaron en llegar. De las Cuevas daba muestras de agotamiento, Sangoy estaba aislado y Diego Castro también carecía de apoyos. La presión para ayudar a los defensas se minimizaba, lo que provocaba que el Sporting sufriera en exceso.

El primer relevo fue el de Barral por Sangoy y más tarde entró Luis Morán por Nacho Novo, con lo que se ganó en rapidez con la presencia de los que entraron de refresco.

Zarpazos aislados

Con un mejor dominio del Athletic, el Sporting empezó a dar algún zarpazo aislado. Diego Castro estuvo a punto de sorprender a Iraizoz en una mala salida, pero el balón centrado por Carmelo se fue ligeramente desviado. El gallego tuvo otra oportunidad para poner a prueba al guardameta visitante, pero tanto él como Barral tardaron en reaccionar.

Cuando el partido se extinguía llegaron las dos ocasiones que podían haber dado el triunfo a los visitantes. Un balón al espacio libre fue aprovechado por Llorente, pero la salida de Juan Pablo resultó providencial. El guardameta leonés, con una gran concentración, salió de su marco con precisión, pese a que se jugaba la expulsión. Se anticipó perfectamente al delantero mundialista del Athletic. Pero, si decisiva fue esta arrancada, más lo fue la parada a disparo de Susaeta en el segundo minuto de prolongación, cuando el vizcaíno había recibido un balón en inmejorable posición de remate tras una falta de contundencia en el despeje por parte de Botía. Sin duda, el portero no sólo fue el mejor del partido. También, el más determinante.

Al final, el empate es un buen resultado, aunque al Sporting le faltó contundencia para poder mantener una renta de dos goles, si bien sus propios errores pusieron en peligro hasta el empate. El partido fue muy intenso y, tal y como transcurrió, hay que dar el punto por bueno.
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Un gran partido con mucha lucha, con tiros al palos, paradadones de los dos porteros,

A los que mi parecer nombraria como jugadores del partido

Empate justo, aunque si alguien se mereció más fuimos nosotros. Aun asi, teniendo en cuenta que perdiamos de dos, nos podemos dar con un canto en los dientes...